domingo, 20 de diciembre de 2015

Carlos Drummond de Andrade: Poemas



Carlos Drummond de Andrade




















Manos Tomadas

No seré el poeta de un mundo caduco.
Tampoco cantaré el mundo futuro.
Soy prisionero de la vida y miro a mis compañeros.
Parecen taciturnos pero nutren grandes esperanzas.
Entre ellos, considero la enorme realidad.
El   presente es tan grande, no nos distanciemos.
No nos distanciemos, vayamos de la mano.
No seré el cantor de una mujer, de una historia,
no hablaré de suspiros al anochecer, del paisaje desde la ventana,
no distribuiré estupefacientes ni cartas de suicida,
no escaparé a las islas ni seré raptado por serafines.
El tiempo es mi materia, el  tiempo presente,
los hombres presentes, la vida presente.



Mundo Grande

No, mi corazón no es mayor que el mundo.
Es mucho menor.
En él no caben ni mis dolores.
Por eso me gusta tanto contar de mí.
Por eso me dispongo,
por eso me grito,
por eso frecuento los diarios, me expongo crudamente
                                                                      /en las librerías:
preciso de todos.

Sí, mi   corazón es muy  pequeño.
solo ahora veo que en él caben los hombres.
Los hombres están aquí afuera, están en la calle.
La calle es enorme. Más grande, mucho más grande
                                                        /delo que yo esperaba.
Pero tampoco en la calle caben todos los hombres.
La calle es más pequeña que el mundo.
El mundo es grande.

Tú sabes cómo es de grande  el mundo.
Conoces los navíos que llevan petróleo y libros,
                                                         /carne y algodón.
Viste los diferentes colores de los hombres,
los diferentes dolores de los hombres,
sabes cuán difícil es sufrir todo eso, amontonar todo eso
en un solo pecho de hombre… sin que estalle.

Cierra los ojos y olvida.
Escucha el agua en los vidrios,
tan calma. No anuncia nada.
Mientras se escurre en las manos,
tan calma! va inundando todo…

Renacerán las ciudades sumergidas?
Los hombres sumergidos —volverán?

Mi corazón no sabe.
Estúpido, ridículo y frágil es mi corazón.
Solo ahora descubro
cuán triste es ignorar ciertas cosas.
(En la soledad del individuo
desaprendí el lenguaje
con que los hombres se comunican).

Otrora escuché a los ángeles,
las sonatas, los poemas, las confesiones patéticas.
Nunca escuché voz de gente.
En verdad soy muy pobre.

Otrora viajé
por países imaginarios, fáciles de habitar,
islas sin problemas, no obstante exhaustivas
                                        /y convocando al suicidio.
Mis amigos se fueron a las islas.
Las islas pierden al hombre.
Sin embargo algunos se salvaron y trajeron la noticia
de que el mundo, el gran mundo
está creciendo todos los días,
entre fuego y amor.

Entonces, mi corazón también puede crecer.
Entre el amor y el fuego,
entre la vida y el fuego,
mi  corazón crecer diez metros y explota.

—Oh vida futura. Nosotros te crearemos.

(versión Gustavo Pereira-Susana da Silva)

Carlos Drummond de Andrade (Itabira, Minas Gerais, 1902-Rio de Janeiro, 1987, Brasil)

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Jorge Castro Vega: Poemas




Jorge Castro Vega






















EL PAYASO MÁS TRISTE DEL MUNDO

Aclaración, por si hubiere
sensibles en esta carpa.

Les recordamos
que el número del cachetazo dura varias vidas
y el imbécil éste
siempre se olvida de agacharse.



EL SILENCIO COMO KARMA

                                              “Cuando no sepas qué hacer vente conmigo
                                               pero  luego no digas que no sabes lo que haces”
Ángel González                                                                                                                                                                              
Hay poemas y poemas.
Cuando está escrito  con las crines
de la espina dorsal
el poema te mira fijo
suda sangre
escupe
mariposas
y cuando cierras  el libro
porque no le pudiste aguantar la mirada
se queda allí
con su caligrafía enana y temblante

esperando que vuelvas para el  segundo round

mientras danza la poesía
tan excitada con la vida de la muerte
como el más sutil de los suicidios.
Hay poemas y poemas, ya lo dijiste.
Ahora te espera, dando saltitos en su rincón
tirando golpes  de los que se apropiará
tu rostro magullado.
Ya no te mira:
te lee.

Todo esto
siempre y cuando no hubieras tirado la toalla.
Es un púgil muy ladino la poesía.



NERVADURA DE  HOJA SECA

La juventud es una porrista de las más sensuales.
Y también la más perversa.

Te presta atención
 por un verano
– pero es tu automóvil
lo que en verdad le importa-
porque su novio (el capitán del equipo
 de alguna cosa) se ha ido un mes
a  un sitio cuyo nombre son puras  consonantes
a un certamen de Mrs. Mundo o a uno de esos
talleres donde te enseñan a controlar la ira.
Músculos regresará
–regresa; en el otoño
me dicen los amigos.

Y ella
se desvanecerá
con  sus colores de virgen medieval
y  con tu convertible rojo de cartón
del cual todavía no pagaste ni una cuota.
Pero ella no desaparece
súbitamente. Camina
de espaldas y el viento no se anima
a mover sus faldas.
Paso a pasito
como si el camino
no tuviera apuro.
No nos deja
por el  levantapesas,  ni por nadie.

Nos deja por ella
y por nosotros: ella
la menos discreta de las acompañantes
que ahora oculta su rostro
y prefiere
no decir adiós.



SABIDURÍA DE BAQUEANO

Se sabe: todos
los gatos, de noche
son hombres. Pero hoy parecen
virgencitas que nunca han ensayado. Dicen
que la noche salió rara
con una luna oscura que no miraba a nadie
como  prepoteando a los insomnes
por mirones.

Para mí que la noche
tiene  los días contados.




SECRETO A VOCES

Quede claro: yo mismo vi
cuando la luna cabeceó como un equilibrista
que miró hacia abajo. Y es cierto
que casi se cae. Y se hubiera caído
si  la noche no hubiera hecho
lo que hizo.

Y me callo.
Le di mi palabra de poeta




LA PENA MÁXIMA

Por más que la muerte sea
Luis Suárez, le llevo ventaja. 
Y cuando  pasa a mi lado
para poner la pelota en el punto penal
le digo bajito, casi adentro del oído: el que lo  ataja
se convierte en héroe  y el que lo erra
es el hazmerreir
de Todo El Universo.
Le hago un guiño.
Le muevo el balón.
El  juez amenaza con echarme
por mi inconducta deportiva.
Me voy 
despacio
con las medias bajas
bailoteando así
hasta línea del arco.

 Ella toma carrera. Eso es un toro.
Cierro fuerte los ojos
me arremango los pantaloncitos
y  me ajusto
los guantes
verdes de lana
que tejió la abuela.

Suárez –o lo que sea- también sufre un poco
creyendo que yo creo que no tengo
nada que perder. En eso, la muerte
se equivoca.
Pero no es cosa tampoco
de andarla avivando
justamente ahora.

Quedan unos segundos
antes del pistoletazo
de esa bola de hielo:
debo  convencerme
de apuro que soy
Lev Yashin.  “La Araña Negra”.
De apuro. Ya mismo.


Y si no
por lo menos, va a agarrarme
con las manos calentitas.



LO QUE CONTÓ MÁS TARDE LA SERPIENTE (II)

Desde luego, grita,
golpea, destruye. Incluso
ha llegado a dormirse de puro enojado.
Dormirse durante siglos,  sin soñar  nada
nada en absoluto
y de repente despertar
entre aullidos,  empapado en vinagre
con un par de clavos en las manos.

En cuatro  palabras:
vive furioso consigo mismo.
Y ya no queda nadie en el Edén
(salvo la música de Bach)
a quien pueda  achacársele la culpa,

Desde que los echó, no juega
no canta, no baila.
Y ha dejado de rezar.


MIEDO DE GATO

Le teme a  fantasmas y girasoles
de Van Gogh.
Al mediodía
se encierra en el ropero
y maúlla hasta que
parece cantar
bellamente
pero esa belleza
lo hace llorar;
llora un rato, rasguña
corbatas; rugiría, si pudiera.
Después afina un canto
que viene de lejos,
un disparo de ballesta
–tan lejano- que ni
siquiera se oyó.

Nos conocemos.

Hoy salió decidido
a mirarnos
a los ojos,  al sol y a mí.



LA PUERTA DEL CIELO

                                                                    (al maestro Lenny)

El rico mira al camello
y al ojo de la aguja.

El  camello observa el ojo de la aguja
y de reojo
al hombre rico.

-Maldita bestia- grita el hombre.
Y le hace chasquear la cara de un latigazo.

-Si él fuera un poco menos obeso –piensa
el camello, lamiéndose la sangre.

Obedece. Todo camello
Encuentra su forma
de traicionar la revolución



MISERERE
(para Gustavo castro Vega)

Era tal y tan precoz
mi conciencia sobre el punto
que podría decirse que aprendí a leer
a los solos efectos de escribir
mi biografía.

Lo supe desde siempre, desde
antes  incluso de saberlo.  Una vida llena
de palabras perennes y redondas, una vida entera
me esperaba con sus 33 velitas, para ser
contada con crueldad barroca.
Y poner un  punto
o dos
o esos suspensivos.

Iba a ser
extraordinariamente  interesante.
Como la de todos.

Pues bien
ahora que todo ha sido consumado
permíteme olvidar, Señor. Déjame ser
ese amputado
que siente el dolor del pie que ya no tiene.

Quiero morir con las sandalias puestas
                                                                                                                           

VIDAS PASADAS
           
Traspasé, limpiamente, la médula de un hombre con
mi espada druida. Registré con minucia los
movimientos que iba haciendo su cuerpo hasta morir.
Eran tus profecías sus espasmos.
Emborrachado de ti, lapidé adúlteras y vírgenes.
Carpintero desde infante, fui famoso por mi
esmero en la construcción de cruces.
Me dejé clavar en el madero para complacerte. Cuando
todo había sido
consumado, arranqué con mis manos agujereadas
corazones infantiles y grabé tu nombre en ellos con
cuchillos de obsidiana, para que no te apagaras
como  bombilla vieja. Estallaré. Para que brilles como
nunca. Seré tu fiesta de fuegos de artificio. En
medio del estruendo de tu infinito amor en el que todos
seremos arrastrados. Por fin, comprenderás que no
 existes sin nosotros. Apiádate de
este humilde guerrero que te encomienda su alma,
                                                                                                                                                                                                                                        Señor.


FOGATA

Mientras arde
              el leño recuerda
todas las cruces que fue                                        
cuando era niño.

El fuego lo escucha.
Lo escucha y  baila
                           lamiéndose a sí mismo 
como  un madero más



JORGE CASTRO VEGA (Montevideo, 1963), abogado, crítico literario y teatral, escribió y publicó sostenidamente en las últimas dos décadas del siglo XX, acumulando propuestas que le valieron  diversos premios, traducciones y su inclusión en las más exigentes antologías de la poesía uruguaya: Primera línea (1982), Poesía de sitio (1985), Poesía involuntaria (1987), Poesía certificada (1989), Poesía arbitraria- Antología personal (1989), Con motivo de Ana (1991), Un poco de sol  (1993) y Cosas que pasan (1997). En 1998  abandonó su intensa actividad periodística en medios locales e internacionales  e ingresó al Poder Judicial como magistrado; nada ha publicado desde entonces. Actualmente se desempeña como  juez en Montevideo, con competencia en asuntos civiles, comerciales y contencioso-administrativos.
 Los poemas que aquí se publican pertenecen a un libro inédito que pone fin a un paréntesis de más de quince años de silencio literario: COMO SI TAL COSA  (2015)
(Nota bibliográfica confeccionada por el autor)



miércoles, 9 de diciembre de 2015

Pablo Queralt: Poemas



Pablo Queralt
























1


el azar es una arquitectura sin color
un knock a la quijada
que arroja su luna con sus casitas lúteas sus cuerpos
sus cielos escarbados oís hervir sus aguas
partir el pan
ahí quedaste colgado
atrapado en su crujido
en su luz pétrea en el arrullo
de los rayos de su mundo
que abren universos
o no llevan a ninguna parte
cierro los ojos leo su escritura
vamos arrimando el bochin
estoy acá en su huella pintado en su pared
colocando el agua para beber
el primer lenguaje del día.


2


Se derrite la ciudad como un chupetín continuo como siempre
hasta donde mis sentidos llegan
tan oscuro este mundo de lo bueno y lo malo a través de su
sangre
esta entrando en mí
donde ellos ven el pique de la pelota nosotros vemos belleza
la suela que avanza sobre su cielo bufandas al viento
me gusta caminar en medio de la noche de cama en cama
siguiendo
ese ruidito suave sigiloso que la muerte busca
dar un paso más en su profundidad
cerrar una ventana mear sacarme el sueño
y despertar en un eco de lo que el miedo destruye
la vergüenza es mi camino
murmuro mi deseo
esas son mis alas.


3


Emulsionados embriagados en ese exceso de amor bombeados
por su sangre pisando nubes en el día amarillo latiendo nuestra
propia vida
que encuentra su luz de estrógenos y testosterona
formas que se me escapan de las fotos que guardé y ya no son
nada como olas que salpican las nubes en esa baranda me
siento a mirar donde comencé a ser un extraño.


4


En ese aire de ir hasta el puente para sentir pasar los autos
bajos los pies
su murmullo que golpea para que la muerte sea lejana como
un viento borrando el tiempo el amarillo que dibuja su retirada
y alza la alegría
de olvido solo para mirar lo que veo


5


Como la piedra que baja al fondo del río sigo desenrollando ese
susurro este tiempo que alguien me dio volviendo a la vida en
el borde trémulo
de la nube a estas puertas en su horizonte infinito con mis
ruinas vivas borrando huellas antes de pasar mi otra persona
su viejo reloj su cuerpo lleno de silencio y agua jugando con su
corazón sin pensamiento.

6


Juntamos moneditas para ir a ver a los artistas con sus cuerpos
que al terminar de usarse se dejan en su otra luz en otra
resurrección estoque
de donde todo surge y el cielo y el infierno desaparecen y es un
momento deslizándose en este planeta con sus viejas fotos que
adoramos en blanco y negro y las palabras que no se pueden
olvidar dejadas en los oídos como sueños abandonados en el
fondo del placard cambiando de ropas encontrando su lugar al
salir somos otros distintos
a los que éramos.


Pablo Queralt. Poeta. Es curador de poesía de la biblioteca de san Isidro, colaborador del suplemento cultural del diario El pregón de Jujuy y diario Punto Uno de salta.
Publico varios libros de poesía entre ellos el padre, late, perfume animal, coca, crack, jazz.  cocineros ser y ser visto. 
Sus poemas figuran en algunas antologías como 7 poetas salta bs as y poesia de bs as ed hombre nuevo.

(Nota bibliográfica enviada por el autor)