lunes, 26 de diciembre de 2016

Charles Bukowski: 2 poemas








las chicas del hotel green

estas chicas son más bellas
que las estrellas
de cine
y se tienden sobre el césped
tomando sol
y una  de ellas
está sentada
viste una pollera  corta
y tacos altos, sus piernas
cruzadas
exponen milagrosos
muslos.
un pañuelo le cubre la frente
y fuma
un cigarrillo largo.
el tráfico pasa
lento
casi deteniéndose.

las chicas ignoran
el tráfico.
están medio dormidas
bajo el sol
de la tarde
son todas putas
todas putas sin
alma
y son mágicas
pues nunca mienten
no mienten
sobre
nada.

me subo a mi auto
espero que el tráfico
me deje pasar
y atravieso la calle
hacia el hotel green
hacia mi favorita:
ella
está tomando sol
sobre el césped cerca
de la vereda.

“hola,” le digo.
ella
gira sus ojos
que brillan
como
diamantes 
de utilería.

me mira.
su rostro es
inexpresivo.

desde la ventana
del auto
le lanzo
mi último libro de poemas
que cae a su  lado.

embrago
pongo primera,
y me
alejo
despacio.

esta noche
habrá algunas risas,
estoy seguro.

 

Algunas de mis lectoras


me sentía bien al salir
de ese café exclusivo en Alemania
aquella noche lluviosa en que
algunas damas se habían enterado
de que yo cenaría allí
y cuando caminé hacia afuera bien comido
y bien bebido
las damas
esas damas estaban reunidas
en la vereda de enfrente
y blandían carteles
y me gritaban furiosas
pero lo único que pude reconocer en los carteles
y en los gritos
fue mi nombre y apellido

Le pregunté a un amigo alemán que era
lo que decían.

“te odian,” me dijo,
“pertenecen al Movimiento Alemán
de Liberación Femenina...”

me detuve y las observé, ellas eran
verdaderamente bellas y gritonas,  yo
las amo a todas, pensé, me reí, las saludé,
y les tiré algunos besos.

luego mi amigo, mi editor y
mi novia me hicieron subir al auto;
el motor arrancó, los limpiaparabrisas
comenzaron su ir  y venir
y mientras nos alejábamos bajo la lluvia
me di vuelta para mirarlas
allí paradas en ese clima terrible
blandiendo carteles y puños.

era lindo ser reconocido
en mi país de nacimiento, eso
sobre todas las cosas
era lo que importaba ...

▲▲▲


de regreso en la habitación del hotel
descorchando junto a mis amigos
botellas de vino


las extrañé
extrañé a esas furiosas
mojadas
apasionadas
damas
de la noche.

(Versiones Esteban Moore)






























Gary Snyder: Flotando




























Flotando en un bote pequeño
suavemente sobre las aguas, nos  sacudimos con cada ola,

otra piel que se desliza sobre el agua
colgada del mar  y el firmamento

montañas verdes transformándose en nubes
que pasan, se deslizan lentas

el canal de agua salada -dos millas de largo-
chupa,  se arremolina con la marea,

el kayak  se parece a la caparazón de un grillo-
                a los huevos vacíos de una araña,
a los filamentos secos de las algas,
a la  mudada seca piel de una víbora,
a la espuma sobre el labio de la ola,

tiembla sobre la membrana
remamos hacia adelante, remamos hacia atrás,

cruzamos en ángulo alejándonos
de las turbulentas aguas bajas

la montaña se desliza, la luna se desliza,
las aguas giran juntas,
la orilla cercana corre hacia adelante,

remos de kayak, idénticos, rotan y brillan como alas
arrojan espuma,

no estamos en ningún lugar
pero quizás aquí

cielo y aguas cosidas juntamente
al aullante vuelo parejo de las aves ostreras
al deliberado batir de alas de las gaviotas
al surgir de cabezas de los aranes desde los mundos submarinos
a las cabezas de las focas sumergiéndose en ellos
a las erráticas zambullidas de las golondrinas de mar
al gorjeo y graznido y gorgoteo  de los cuervos
en la lejana efusión de los alisos;

el viento sopla hacia el oeste, la marea se dirige al este,
nosotros remamos hacia el este-sudeste
el mundo es un apurarse de alas y aguas,

laderas arriba el glaciar de la montaña pierde
su hielo derretido sobre la grava en un  suave y lejano  rugido 
que se reúne con ese mundo de gritos y silbidos de la caleta

(todo este reino estaba bajo extensos campos de hielo,
en los tiempos en que mi padre conducía su cuadrilla
a la zafra de la fresa y la mora en Puerto Orchard)

los glaciares se desplazan y murmuran como las mareas
bajo las persistentes corrientes cruzadas
el tamborileo  constante de las alas de los pájaros
llenas de propósito, intenciones,
todo para qué
en el golpe del remo
en el torbellino que flota
somos dos almas en un solo cuerpo
dos pares de alas, nuestros remos  se balancean
allí donde la tierra se encuentra con el agua con el cielo

allí donde los jueces y los que hacen discursos, y las actrices y los carpinteros,
dejan caer sus máscaras y continúan como eran,
como petreles, gansos, aranes, gaviotas, pescadilla
cornalitos

en el mar correntoso oscuro absorbido por la marea,
flotando en el entramado

de nubes, hielo, mareas, llamados
-sólo estar aquí!

El pequeño bote de piel.

(Versión E.P. KirK)



lunes, 12 de diciembre de 2016

Lawrence Ferlinghetti: Manifiesto populista Nº 1





Lawrence Ferlinghetti























Poetas, salgan de sus placares,
abran las  ventanas, abran las puertas,
ustedes han estado recluidos demasiado tiempo
en sus mundos cerrados.
Desciendan, desciendan
de sus alturas, de sus torres de marfil
desciendan de  las colinas desciendan de Russian Hills 
desciendan de Telegraph Hills,
desciendan de las colinas desciendan de Beacon Hills 
desciendan de Chapel Hills,
desciendan de las montañas,
desciendan de sus Montes Análogos y Montparnasses,
desciendan de sus propias alturas,
salgan de sus wigwams, bajen de sus cúpulas.
Los árboles aún están cayendo
y ya no tendremos forestas o bosques nunca más.
Ya no tenemos tiempo para sentarnos en ellos
pues el hombre quema su propio hogar
para asar su lechón.
Ya nadie entonará  el Hare Krishna
mientras Roma arde.
San Francisco está quemando
el Moscú de Mayakovsky está quemando
los combustibles fósiles de la vida.
Es de noche y el caballo se acerca
comiéndose la luz, la calefacción y la electricidad,
y las nubes tienen pantalones.
Ya es tarde para que el artista se oculte
en las alturas, más allá, detrás de la escena,
indiferente, arreglándose las uñas,
refinándose hasta quedar fuera de la existencia.
Ya no hay tiempo para nuestros pequeños jueguitos literarios.
Ya no nos queda tiempo para nuestras paranoias e hipocondrías,
ya no nos queda tiempo para el temor y el hastío,
sólo existe tiempo para la luz y el amor.
Hemos visto a la mejores mentes de nuestra generación
destruidas por el aburrimiento en las lecturas de poesía.
La poesía no es una sociedad secreta,
tampoco es un templo.
Las palabras secretas y los cantos ya no nos son de utilidad.
El tiempo de entonar  la silaba sagrada, el Om,
ha concluido,
ahora es el tiempo de la endecha fúnebre,
el tiempo del velatorio y el  regocijo
sobre el fin cercano
de la civilización industrial
que es maligna para la tierra y el hombre.
Es el tiempo de mirar hacia el futuro
en la posición del loto
con los ojos bien abiertos,
Es el tiempo de abrir las bocas
con un renovado discurso abierto,
es el tiempo de comunicarnos con todos los  seres sensibles,
Sí, todos ustedes ‘poetas de las ciudades’
colgados en museos, incluyéndome a mí,
todos ustedes poetas escribiendo poesía sobre la poesía,
todos ustedes poetas moribundos del lenguaje,
                  y los deconstruccionistas,
todos ustedes poetas de los talleres de poesía
en las olvidadas regiones rurales de América,
todos ustedes Ezra Pounds domesticados
perros obedientes que no hacen sus necesidades
                   dentro de la casa,
todos ustedes poetas dados vuelta del corte y pegado,
todos ustedes preestresados poetas concretos,
todos ustedes poetas cuninglinguales,
todos ustedes poetas de los baños públicos quejándose con graffitti,
todos ustedes poetas que se hamacan tomados del pasamanos
                    del subterráneo y nunca se hamacaron colgados
                    de la rama de un árbol,
todos ustedes maestros del haiku del aserradero
en las Siberias de América,
todos ustedes poetas ciegos no realistas,
todos ustedes poetas  surrealistas autoocultándose,
todos ustedes poetas visionarios dentro de sus dormitorios,
todos ustedes poetas  Groucho Marxistasy Camaradas
de clase acomodada quienes descansan todo el día
y nos  hablan sobre el proletariado trabajador,
todos ustedes anarquistas católicos de la poesía,
todos ustedes poetas de la escuela de Black Mountain,
todos pretensiosos intelectuales de Boston y bucólicos de Bolinas,
todas ustedes las madres e de la poesía en sus escondrijos,
todos ustedes hermanos Zen en la poesía,
todos ustedes suicidas amantes de la poesía,
todos ustedes barbados profesores de  poesía intrascendente,
todos ustedes gacetilleros de la poesía
todos ustedes beben la sangre del poeta,
todos ustedes son la Policía de la Poesía—
Dónde están los hijos salvajes de Whitman,
dónde  las grandes voces hablándonos
con dulzura y sublimidad,
dónde la nueva gran visión,
la gran mirada del mundo,
el intenso canto profético
de la inmensa tierra
y de todo lo que canta en ella
y nuestra relación con ella—
Poetas desciendan
a la calle del mundo nuevamente
y abran sus mentes y ojos
con el viejo deleite visual,
aclaren sus gargantas y Hablen,
la poesía ha muerto, larga vida a la poesía
con ojos terribles y la fuerza del búfalo.
No esperen a la revolución
pues esta puede ocurrir sin ustedes,
dejen de murmurar, deben alzar su voz
imaginar una nueva poesía ancha abierta
con una nueva superficie pública común sensual
con otros niveles subjetivos
u otros niveles subversivos,
un diapasón en el oído interior
para golpear bajo la superficie.
De tu propio dulce ser podés cantar todavía
pero expresa la palabra en masa—
La poesía el vehículo común
para transportar al público
a sitios de mayor altura
lo hará mejor que otros medios de transporte.
La poesía todavía cae de los cielos
en nuestras calles todavía abiertas.
Todavía
no han levantado las barricadas,
las calles todavía vivas con rostros,
mujeres y hombres bellos todavía caminan allí,
todavía hay hermosas criaturas en todos lados,
en los ojos de todos los secretos de todos aún enterrados allí,
los salvajes hijos de Whitman aún están durmiendo allí,
Despierten y canten al aire libre.

(1976)

(Versión Esteban Moore)




Gregory Corso: Escrito en el sector portorriqueño de Harlem


Gregory Corso























 


Existe una verdad que limita  al hombre
una verdad que impide que pueda ir más lejos
El mundo está cambiando
el mundo sabe que está cambiando
Pesado es el dolor del día
Los viejos en su mirada expresan la fatalidad
Los jóvenes en esa mirada confunden su destino
Eso es la verdad
pero no es toda la verdad

La vida tiene significado
y yo no conozco su significado
aun cuando sentí que no tenía ningún sentido
tuve esperanzas y recé y busqué un significado
no todo era el juego sentimental de la poesía
había obligaciones a las cuales debía responder
convocando a la Muerte y a Dios
me invadía un salvaje desafío de enfrentarme a Ellas
Sin la Vida se prueba el sinsentido de la muerte
Sí el mundo está cambiando
pero la Muerte sigue siendo lo mismo
se lleva al hombre de la Vida
el único significado que el hombre conoce
y usualmente es un asunto triste
esta Muerte

Yo tenía una inocencia  yo tenía una seriedad
Yo tenía un humor que me salvaba de la filosofía amateur
Yo soy capaz de contradecir mis creencias
Yo soy capaz muy capaz
porque deseo conocer el significado de  todas las cosas

Sin embargo me siento como un ser intensamente quebrado
quejándome: Oh qué responsabilidad
que he colocado sobre tus hombros Gregory
la Muerte y Dios
Duro duro es duro

He aprendido que la vida no es ningún sueño
aprendí que la verdad obra engañosamente
El hombre no es Dios
la vida un siglo
la muerte un instante

(Versión Esteban Moore)